cinema paradiso interpretado por Esteban Morgado cuarteto

sábado, 28 de abril de 2012


La idea abrumadora de pertenecer a la raza de los…*“hormighombres”. (*de “El libro de Manuel” de Julio Cortazar)
                      Don Julio nos hablaba así, desde algún lugar privilegiado de su propio pensamiento. Es que sospechaba –imagino- al ver “la marea humana”  moverse en la ciudad ¿son como si fueran “hormigas”? ¿Tal vez, le daría esa impresión porque la “marea” obedece leyes de convivencia semejante al de las “hormigas”? Festejarle el sustantivo no es solo para el halago:
                      Cuando la mirada se extienda hacia los innumerables gestos que inundan el venturoso paisaje de lo urbano, allí, la ansiedad remarcará su presencia.
                      Cuando esa voz que parece multiplicarse hasta el hartazgo, satura el ambiente y “repiquetea” en nuestro interior, es que se aproxima la angustia.                                                             
                     Cuando, hasta el tiempo de la “magia” se dimensiona en centésimas y rigen los lapsos que se suman como “cuota” de asombro, llegamos al país de los “hormighombres”.
                       -Una “hormiga” es la que desprende de si, su andar por la vida como algo natural y solo se viste con su actitud, la de cumplir… “con lo que es su deber para con la comunidad”.
                       -¿Cuántas “cuotas” de asombro pretenden? Medido en centésimas ¿Hasta que cantidad de ellas acumularán como tiempo de “magia”?
                       -¡¡¡¡“Hormigombres” March!!!! Un, dos, tres…izquierda, derecha, izquierda… ¡¡¡allí… dejen su aporte obligatorio y mantengan firme su fidelidad al orden establecido!!!
                       -Desde la base de sus pensamientos renieguen de intentar una conducta distinta de lo que se les pide pues solo les traerá quebrantos sin consuelo y remordimientos.
                        -“Hormigas” ¡¡vamos!! . No quiero“sorpresas desagradables”. ¡Por favor! En todo este tiempo ni Steven Spielberg descubrió nada. Solo hizo una película de dibujitos o de muñequitos. (jaja).
                        -Desde el país de los “hormighombres” los saluda atentamente, vuestro presidente. Cuídense de los “corazones delatores”. Ellos, habitualmente,  se asocian a los * “contadores de historias”.
                         Cuando el “corazón delator” navega entre los cuerpos multiplicados, quien identifique ese “batir” tan fuerte, tendrá la satisfacción de compartir alguna emoción.
                         Cuando los “contadores de historias” se sobrepongan al naufragio en el océano cuasi infinito de sus propias palabras, regresaran hacia nosotros para enseñarnos a batallar contra la muerte.

(*De “El Ángel gris” de Alejandro Dolina).
 
                                                                                   Un cuerpo aletargado…
                                               …invadido por el tibio sol y por el suspiro de presenciar el paisaje encantador. Medir la sensación de libertad hasta donde llega la mirada en el horizonte y como esa mirada se vuelve ambiciosa y voraz, empieza a viajar a la velocidad del viento para atragantarse de lo que le trae la “naturaleza furtiva”.
         Acá no está la frontera ni aún el límite de nada. Está la sonrisa fresca que nace en el interior para traducirse en algo que contagia. Está la armonía de la belleza que trasluce y desprende el asombro. Está  la conciencia de la materia viva por seguir esa conmoción hacia lo verdadero y sustancioso. Está el rodearse de los aromas parar pertenecer a ellos…

La ciudad se muestra como invadida por la noche.
Es que infatigables, mis ojos, te buscan en la luz.
Tengo la esperanza de encontrarte aún entre las sombras.
Ese, tu fulgor resplandeciente -que siempre te acompaña-
mucho me puede ayudar.
¿Quién recibe tu perfume y sin reservas, descarga tanta euforia?                
Para que tu rostro se vuelva inalcanzable ¿juegan conmigo las
luces y las sombras?
El desfile de curiosos personajes enriquece a cada instante
el humor de tanta gente.
Con el paso ligero dejo volar esta mirada pedigüeña.       
¿Donde estás? ¿Donde están?
¿En el mismo lugar donde nace la ternura?
Una avalancha de ruidos aturde todo sentimiento.
Salpica a cada escupitajo, la basura de la urbanidad.
Desde la misma noche asoma la filosa sospecha de una  traición.
El “maquillaje” del frente de un edificio no le deja lugar a la dignidad.
Se escabulle por la alcantarilla, risueña, la rata que se robó  la belleza.
Mis pies, llevan con increíble precisión, un ritmo que no
titubea en los charcos de la calle.
¿Entonces, existe el lugar donde nace  la ternura?
Sea la luna llena convertida en un tentador alfajor de leche.
O su luz que se puede apagar a la vuelta de la esquina.
Sea que la bruma crece para opacar tu resplandor.
O tu luz que hasta el final de la calle ilumina.



“El animal social y de costumbres”. Ese que sabe de su muerte y la angustia lo sigue todo el tiempo, toda la vida. Sí, el mismo, que por su afán de trascendencia es capaz de transformar casi todo. El que necesita alimentar su ego para regocijo propio y de su especie. El que está plagado de contradicciones ¿quien más destruye por el odio o la ignorancia aunque, todavía, quiera reivindicar muy poco con el amor? El que dice que *“la naturaleza imita al arte”. Es la razón lo que cree, que lo hace superior. Un “equilibrista” de cierta osadía –de poca “monta”- ni siquiera el mejor. Allí, en ese punto donde está la diferencia con los otros seres vivos es cuando ahoga su corazón de sentimientos intensos. Caros sentimientos, lugar pleno de la humanidad. Obedezco a mi especie solo cuando…me emociono…
*Oscar Wilde.


 Primero recurro a Don Porchia (Antonio)…
                 “Y ahora un instante y luego, lo eterno. Porque el instante es tiempo y lo eterno no es tiempo. Lo eterno es el recuerdo del instante”

Luego voy directo a mi ocurrencia:

               Tengo la sospecha, las bien fundadas sospechas sobre Ustedes y sus intenciones. Sí…  ahí, cuando veo esas fotos que me muestran y los mantiene  risueños.
                 Se que son personas “jodidas”… ya se los dije. No encuentro otra palabra… Sonríen como para confirmar cierta complicidad… yo, desconfío… Alguna cosa están pergeñando… es mi parecer… ya no son “los gimnastas de la nostalgia” que “reconstruyen la adolescencia”. Tampoco, son el grupo de personas que tienen en común una pequeña parte de sus vidas compartidas. Hay algo más, que no alcanzo a descifrar, totalmente.
                  Es que, sin saberlo, tal vez, Ustedes no se den cuenta. Hay un instante en que “toma” mucha “consistencia” lo que digo. No porque los ojos con que los observo puedan mirar más ampliamente o más profundo que los de Ustedes…
                   Nooo… no se como explicarlo…pero lo que intentan, por siempre, es ser lo que son… Cada uno de nosotros es un conjunto de partes “traslúcidas” y otras bien “oscuras”… no seriamos… no estaríamos “edificados” sin una de esas partes…
                  Y yo veo que “viaja” o está “latente” en cada uno de Ustedes  cierta “extraña aureola” –creo que es la “traslúcida”…jaja- que, inmediata e incondicionalmente, se  acomoda en el otro… no solo en el de al lado sino en cada uno y así los convierte o los transforma…
                   Es decir, me convierte y me transforma a mi, también… por eso son “jodidas intenciones”… porque, no hay más remedio que “convivir” con “ciertos fulgores” de cada uno de Ustedes que se acomodó en mi y para siempre… como que por el “hecho” de haberme acercado o de haber compartido o aún en el abrazo del saludo, ya tengo, garantizado… en primera instancia, sentirlos como algo “caro”, de mucho valor y en alguna parte, en algún momento, me son Indispensables…Bueno… de eso trata la amistad decía no se quien… pero para mi… Ustedes son “jodidos”… bien “jodidos”… (Jajaja).

No hay comentarios:

Publicar un comentario