musica "Himno" por Vangelis Papathanassiu; Fotos recopiladas de distintas fuentes informaticas
Diseño y Montaje Tatobross ( maarian97@hotmail.com )
Recuerdo
la isla, a las diez, cuando el Vangelis (Papathanassiu) sonaba como un
himno milagroso y acompañaban las cigarras…entre las tonalidades verdes, mis
ojos dejaban de arrimar tantas emociones, se cerraban para darle cabida al
sol…para que él haga lo suyo…eso que es
alimentar el cuerpo de energía…¿quien va dejar pasar algo? desde andar
descalzo como si fuera un niño chapoteando barro o ver como el río lleva tus
sueños montado en un espejo para salpicarse de las imágenes de un sauce besando
el agua….como derramarse vino para acompañar los manjares o si los pájaros
repiten la misma canción de cuna, que el hombre transformado en niño, solo
quiere llenar su siesta con una dulce melodía…aquí el capitulo más feliz…el
entreverar con las voces amigas el humo que embriaga… la sonrisa latente…la de
privilegiar la vida defendiendo y alimentando la alegría….jajá…los cruceros en
canoa y el cuerpo que entrega tantos movimientos…la “pala-remo” que se hunde en
el agua y el milagro de salpicarnos como en un bautismo de frescura plena…mis
brazos que sienten el esfuerzo pero que no claudican…transpirar, eso,
transpirar…tengo en mis oídos la música de la aventura…recorre todos los
sabores y bombardea con las imágenes más sorprendentes… la luna, cuando decide
adueñarse del cielo, allí, sobre el río, tiene el color del amor, no es esa luz
blanca y fría, sino aquella, amarilla, opaca y decididamente,
dulce…bienvenida!!!!!
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I
El supo que el rencor nunca
podría dejarlo. Escapaba de los que lo lastimaban, sus propios padres. El
comprobaría que así como se puede crear vida con amor, también, es posible que
el odio mantenga la vida. No esta mal recordar aquello de que “uno se siente
vivo aún a través del dolor”… Eso…sintiéndolo profundamente…sin poder
escaparse…como una llaga que se propaga…cuando es la única alternativa…es
nuestra alma empapada de tristeza…esa tela purísima que es nuestra esperanza
–la que cubre el alma nueva– la que empieza a ensuciarse para nunca más volver
a ser lo que era… es aquí que el mar le
cubrió la piel de sal y lo endureció… es en el amanecer, más que nunca, el
momento justo para despegarse de sus lagrimas… allí, en medio de la inmensidad,
en el medio de tanta belleza, su destino comenzaba a edificarse, quizá, con la
suma de su voluntad y con la desgracia de la fatalidad…
Se tragó la luz del astro
la montaña negra creciente.
Lo envolvió con invisibles brazos
hasta llevarse, también, en
el cielo,
el poco resto de
celeste.
La muerte del pájaro en la tormenta
dio para “pulsar” una canción triste que resonó dentro mío. Tal vez, el pájaro
solo era ese barco ínfimo luchando entre tantas fuerzas… allí en el medio del
mar… golpeado por el viento y la lluvia… el oleaje profundo y temerario… tal
vez, la fuerza de mi espíritu es la que se estaba probando… sumergido en este
ruidoso e inmenso mecáno, todo mi cuerpo salpicado del full-oil, verificaba con
mucha atención las señas del auxiliar del jefe de máquinas para concretar en hechos lo que se suponía ordenes… el mecáno
resoplaba como si fuera a escaparse de allí… piezas del tamaño de la
imaginación exacerbada se movían
sincronizadamente -Gracias a Dios- diría yo, más tarde… luego, tanto
wisky, tanto alcohol en mi cuerpo, el solo mirarme en el espejo me devolvía un
rostro, que me pareció, no era el mío. Detrás de mis ojos enrojecidos, detrás
de cada músculo que sostenía algún gesto, estaba la tormenta que azotaba ese
barquito mínimo… estaban todos los quebrantos… esos vientos tempestuosos de mis
pesadillas… esos tortuosos recovecos donde el alma tambalea de dolor… ni
siquiera el espejo iba dejarme en paz…
Cuando observé bien mi cuerpo
quise desprenderme de él. Así reaccionamos los hombres, como si el cuerpo no
formara parte de nosotros…no nos perteneciera…sin embargo, como diría –tal vez-
Macedonio…”La mujer siempre es cuerpo y alma…nunca pierde esa conjunción”.
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-Quiero que
sepas, que detrás de esta caparazón. Detrás de estos ojos enrojecidos,
estoy yo. Alguien que va a querer acercarse para hacerte sentir sus
vibraciones. Es solo en el acto de abrazarte que quiero acomodar mi
transparencia en vos. Incondicionalmente…Así, también, te hago un lugar en mí
para que descanse tu transparencia. Soy alguien que tiene sus intenciones bien
resueltas…tal vez, alguien, que apartándose de su propio cuerpo quiera
concurrir hacia ti con su energía
consistente…
Hay en ti un grito que hace de las aguas quietas un remanso.
Parece que la idea de un espacio inmenso detiene tu voz
en un eco constante.
Ahora, con infinita paciencia, la armonía va armando
tu canción predilecta profunda y
apasionada.
Para deleite mío te escucho pronunciar las palabras
con ternura. Como acariciándolas…
Mientras, juega la bandada de
pájaros su ir y venir en maniobras extraordinarias para
formar en el cielo la fiesta de los arabescos.
Hasta que la luz te acompañe, el horizonte por nada
interrumpido hace
de marco ideal.
Antes que el viento cubra de polvo la llanura arrastra hacia a mi el
perfume de la mojada gramilla.
Bendición de la tierra que
acerca el aroma de la sabia que me alimenta.
Entre tus brazos dejo esa
pequeña luz que entibia la vida.
Viaja “mi ser” en el aire
fresco, recorre todos los relieves imaginables.
Allá, en el punto mas alto en
la montaña.
Aquí, en el vuelo rasante que
peina el trigal.
Y sumergido en la nube,
despierto con la almohada blanda.
Pero si es mi destino descubrir
el secreto de la vida en ti, te navego por donde se esconden los perfumes del
misterio.
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